miércoles, 21 de noviembre de 2012

LA KUNQUEÑITA



KUNQUEÑITA
(Leyenda)

Habríase llegado a la cima de la vertiente más alta de la tierra yunga, para sollozar destilando sobre la llanura del valle de Kunka Pallan. Puka Ñiña, la única mujer Curaca de la Panaka inca que fue el gran recuerdo de la Población de la tierra que los cobijó.

Fue en tiempos del Tahuantinsuyo que por estar enamorada salió desde el Accllahuasi encomendada para acompañar a su novio un joven guerrero inca de nombre Kunka Huallpa,  novio predilecto, quién  para elevar el nombre de su Jefe, la Majestad del Hurin Cusco. Tomó el mando para enfrentar al enemigo del norte, los chimúes.  Asi la Shipash habría caminado tantos pueblos, que al pasar por ellas presagiaba en su corazón un fatal destino para todos aquellos que emprendían viaje de conquista. Sin embargo, su nobleza de mujer de servicio, hizo que la gente que los recibió por estos lares los consideraran como los salvadores que estarían esperando. Su porte, su frescura de mujer al lado de un buen hombre, hizo que la población se encariñara tanto, que todos se pusieron a sus órdenes.
A la par de la guerra y los enfrentamientos que realizaba su novio, ella se encargó de organizar al pueblo para ayudar a los soldados, proporcionándoles vestimenta, alimentación y  escondites para cobijarse en horas de la noche. Tantos, fueron los altercados que en días de zozobra, cundía el pánico entre ellos, muchos quisieron desertar, pero ella, los alentaba a seguir en estas riñas que pronto tendría que terminar. Puka Pampa, lugar de la última contienda se vio tentada con el dolor de ambos bandos, corría la sangre, haciendo que la pachamama se volviera tan roja; el grito del silencio de los caídos se sentía en cada rincón del valle, el resonar de la victoria retornaba desde las voces de los cerros, farallones que se convertían en yanakajka, la fiebre y el dolor de cada guerrero, concebían que las plantas se volvieran tan vivas en su verdor.
Habrían luchado tanto que al caer el crepúsculo, Kunka Huallpa retornaba a la Panaka muy contento por la victoria lograda. Puka Ñiña, su hermosa novia de piel sonrosada, dócil, tan femenina en sus expresiones le daba el beso esperado.
A unos meses de la victoria, llegó del Cuzco una gran noticia. El Inca les hacía saber su gozo por el éxito alcanzado. La decisión era regresar a la tierra soñada para hacer una nueva vida como dos seres que se juntaron para responder a la vida y nunca dejarse como el sol y la luna, que siempre están juntos dando su luz a la heredad de los hombres.
Por  esos tiempos de paz, la población de la pendiente se volvió muy laboriosa, noble, sincera con ellos, nunca se volvieron contra sus protectores. Fue así como tomaron la decisión de quedarse.
La Comarca les construyó una gran Casa, una fortaleza como para un bello hogar donde vivieran en armonía por su gran ayuda prestada.
Crecieron sus dones en la inmensidad del valle, Kunka Huallpa y Puka Ñiña  tuvieron muchos hijos, nobles guerreros y labradores de la tierra que vivieron en comunidad, hicieron del río un gran reservorio natural, cultivaron la tierra doblegando las espinas y levantaron piedras sobre piedra para hacer grandes laderas para sembrar. Vieron crecer muchas generaciones y pasar sus días uno a uno.
Sus hijos, al terminar sus días, acordaron hacerle una catacumba natural para los dos. Ambos volvieron a la Pachamama como algún día salieron de su tierra, Pues así, tendrían que regresar para estar juntos una vez  más en la otra vida. Juntos tomados de la mano, donde todos podrían verlos siempre, al frente de su casa, vigilantes cuidando a la nueva Panaka que lleva su nombre KUNKA (Cunca) en decencia al guerrero inca y PUKA ÑIÑA, la Kunqueñita, en honor a la noble mujer que bautizó con su nombre la ladera de la contienda llamado PUKA Pampa (Pucapampa)...
AUTOR:
LUIS HUERTA LOMOTTE
CASMA - PERÚ
           2012